Era un día bonito y soleado, los niños jugaban felices en el campo, los habitantes de la localidad disfrutaban de la rutina de todos los días, hasta que... ¡el circo llego a la ciudad! el tren que transportaba a los inesperados visitantes lleno de alegría a todo el mundo, que controlado por el amable conductor tocaba el silbato anunciando su llegada. 

Comentarios